Desde Paraguay: Guerra de guerrillas en el ciberespacio

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Por Luis Agüero Wagner

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Los teóricos de la guerra de guerrillas no podían prever que las características del combate podrían trasladarse alguna vez al mundo virtual

Si la guerra es la prolongación de la política por otros medios, y la guerra de guerrillas es una variante de la guerra convencional, la guerra de guerrillas en el ciberespacio es la prolongación de las anteriores en el mundo virtual.

La guerrilla paraguaya del EPP señala que “la prensa burguesa” de Paraguay ha acusado una gran rabia e impotencia porque ellos lograron comunicarse a través de las redes sociales.

Textualmente, afirman:

“En su desesperación, los periodistas de los oligarcas exigen que se castigue a los «ciberdelincuentes»(así se expresan) del EPP. Los ciberguerrilleros, en tanto, seguimos operando. Desde los norteños montes, y desde los pueblos y ciudades los cibernautas del Ejército del Pueblo Paraguayo seguiremos difundiendo nuestras ideas sin la típica y acostumbrada tergiversación de la toda poderosa prensa corporativa”.

Resaltan que se desesperan al saber que los ciberguerrilleros difunden las ideas epepistas sin sus tergiversaciones.

“Cuando más confiados estaban los oligarcas, el gobierno fascista y la prensa burguesa de que el cerco propagandistico impuesto al EPP produciría algún fruto, recibieron una dura paliza del EPP”, aseguran.

“Acabaron cosechando el más terrible desengaño”, siguen. El EPP se atribuye la ruptura de la “operación mordaza” del enemigo, que pretendía ocultarlos y censurarlos, a través de su acostumbrada policía del pensamiento. Y dicen haberlo hecho “con una precisión matemática”.

“Todos los recursos del enemigo, en los que gastaron millones de dólares, han sido incapaces de impedir la difusión de las ideas revolucionarias que echaron por tierra todos los esfuerzos de ocultamiento realizados por el enemigo”, aseguran. Siguen diciendo que ahora se sabe que muchos aplauden sus acciones, y que los corazones de los paraguayos pobres palpitan de entusiasmo con las palabras que ellos les dirigen.

También responsabilizan a la seudo izquierda, la de las ONG regadas por dólares de la embajada norteamericana del luguismo, de haber instalado en el poder a un “huracán contrarrevolucionario”. Evidentemente, están aludiendo al gobierno del vice de Fernando Lugo que asumió.

A través de sus ciberguerrilleros, el EPP se vanagloria de que la espada del invicto Mariscal López hoy está en sus manos, y con ella siguen ganando batallas. El EPP también asume que mucha gente de pueblo colabora con ellos:

“Los enemigos de la revolución no han recogido más que derrotas en todos estos años de lucha revolucionaria. Los millares de familias a las que siempre han prodigado lágrimas, luto, orfandad y miseria hoy tienen depositadas sus esperanzas de justicia en el EPP. El poder colosal de nuestra organización revolucionaria está en la gran cantidad de personas de las clases populares que participan en ella y colaboran de un modo activo”.

Aseguran haber derrotado a poderosos adversarios, dado que tanto Lugo como sus socios hoy en el poder han recurrido a asesores norteamericanos, colombianos, israelíes, argentinos, brasileros y de otras nacionalidades y “todos tuvieron que ver, a su turno, como sus alumnos eran derrotados y castigados por sus crímenes por los revolucionarios epepistas”.

Dicen saber que pelean “contra los armamentos más modernos y formidables que ojos humanos hayan visto y contra comandos contrainsurgentes formados por instructores muy capaces. Los epepistas son soldados bravos, inteligentes y pelean heroicamente. No es la incapacidad del enemigo la causa principal de sus victorias, sino sus propias capacidades”. Quienes pelean en el EPP, dicen, lo hacen por las justas reivindicaciones del pueblo pobre”, algo que los hace sentirse dichosos.

También dicen que confían en que sus convicciones, su fe, su confianza en la victoria y esperanza en un porvenir socialista los mantiene unidos para perseverar en la colosal tarea que se han impuesto a sí mismos.

“La decisión, el entusiasmo ardoroso, el compañerismo compacto entre jefes, oficiales y combatientes epepistas nos dan la seguridad de un porvenir brillante y fecundo con felices resultados para el pueblo pobre” siguen diciendo.

Recuerdan también a sus mártires, sobre todos a sus comandantes “Simón y Aníbal”, torturados y ejecutados extrajudicialmente bajo el gobierno de Fernando Lugo.

Dicen que en la guerra como en el amor, para acabar en necesario verse de cerca, requisito que aún no se ha cumplido entre el EPP y las fuerzas enviadas a aniquilarlos. Una y otra vez las misiones enviadas por el gobierno de Asunción para enfrentar, capturar y aniquilar a los guerrilleros del EPP han regresado con las manos vacías.

Algunos habitantes de la zona de influencia de la guerrilla incluso denunciaron que en todos sus “operativos”, los uniformados llegan y se encierran en sus comisarías a jugar voley. El mismo EPP ha emitido comunicados en ocasión de tales operaciones afirmando que fueron ellos quienes anduvieron buscando a las fuerzas públicas y no las pudieron encontrar por su zona.

Cada vez parece que esta guerra se desarrolla más en el mundo virtual del ciberespacio que en el mundo real de “los montes norteños”. Y todo parece indicar que Georges Benjamin Clemenceau tenía mucha razón cuando decía que la guerra es un asunto demasiado grave para confiárselo a los militares.
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