Desde Paraguay: Dos sobre Lugo y Franco

Fermando Lugo y Federico Franco ( a la izquierda).
Foto: Galería de Fernando Lugo

Por Luis Agüero Wagner
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Federico Franco a la izquierda de Fernando Lugo

 

Varios gestos del presidente Franco lo ubican inequívocamente a la izquierda de Fernando Lugo

Dicen que la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud, y los seguidores del malogrado cura presidente Fernando Lugo lo corroboran. A pesar del ropaje seudoizquierdista que intentaron dar a su gestión, jamás tuvieron acción consecuente tras el gesto y la palabra.

La prueba es las veces que cedieron frente a roscas mafiosas, multinacionales y corporaciones las veces que recibían apenas insinuaciones, y la forma en que cayeron sin oponer resistencia.

A diferencia del gobierno de Fernando Lugo, que permanentemente claudicaba ante corporaciones como la del Transporte, el presidente Federico Franco se plantó en su pedido de disminución del costo del boleto solicitado por la Secretaría de Transporte del Área Metropolitana (Setama), que incluso plantea que el pasaje quede en G. 1.800. Un decreto presidencial decretó la reducción de G. 2.300 a 2100, en razón a una disminución en los precios del gasoil.
La disminución del energético fue visto por Franco como “una brillante ocasión para reducir el precio del pasaje y hacer que les vaya mejor a los empresarios del transporte sin necesidad de incrementar el precio del pasaje». Federico Franco también expresó que su administración está trabajando para establecer un decreto donde figuren los requerimientos mínimos que deberán presentar las estaciones de servicio en cuanto a su ubicación para evitar la competencia desleal.
En otro orden de cosas, Federico Franco también adoptó una postura mucho más firme en el tema de usurpaciones de tierra como la que derivaron en la masacre de Curuguaty, ordenada por Fernando Lugo y que le costara el cargo. El presidente Franco advirtió a la familia Riquelme que no cederá en la disputa que el estado paraguayo mantiene con la familia de Blas N. Riquelme, en posesión irregular de unas 2000 hectáreas de tierra, a unos 240 kilómetros al noreste de Asunción.

Franco afirmó en su momento que su gobierno no va a ceder (al sector privado) y aconsejó a la familia Riquelme que decline de cualquier acción que dilate la posesión del gobierno de Marina Cué. “Este gobierno no va ceder, es absolutamente legal», había declarado Franco durante el informe de sus primeros seis meses de gestión al frente del Poder Ejecutivo.

El jefe de Estado también expresó sus deseos de que la Justicia esclarezca totalmente lo ocurrido en Curuguaty durante el gobierno de Fernando Lugo, quien entonces tenía el mando de las fuerzas públicas. «La matanza es una lección de negligencia criminal que nunca más se debe repetir y hago voto a la Justicia», expresó Franco.

Cuando en la colonia Britez Cue del departamento de Canindeyú, un grupo de la Policía Nacional, acompañados por el fiscal Jalil Rachid, capturó al referente campesino Rubén Villalba, el mismo presidente resaltó que se respetó la vida y la integridad física del detenido.

Para el presidente Federico Franco, la misma captura con vida de Villalba fue un logro, , dado que según sus textuales palabras, “no se necesitó quemar archivo”. La expresión se refiere a que durante el gobierno de Fernando Lugo, varios prófugos fueron asesinados luego de ser capturados y torturados, o ejecutados por la espalda cuando podían ser capturados vivos.

Se cuentan entre ellos a Severiano Martínez, Nimio Cardozo y Gabriel Zárate, algunos de ellos viejos conocidos del malogrado cura presidente. En el caso del primero de los tres, su misma familia denunció que Lugo concurría asiduamente a almorzar a la casa de la familia, y que incluso lo había ayudado en sus misas. Severiano Martínez fue ejecutado el mismo día en que un diario publicó en su tapa fotos de miembros de su grupo con Lugo en Venezuela, algo que importantes actores políticos calificaron de “quema de archivo”.

Los mismos partidos de la derecha como Patria Querida denunciaron ante los medios la presencia de colombianos no identificados, trabajando para las fuerzas represoras del gobierno de Lugo. El coronel Humberto Jerez, agregado militar de la Embajada de Colombia que tuvo activa ingerencia en el combate a la insurgencia, fue condecorado por el mismo Lugo durante el año 2010. La ceremonia se realizó en el comando de las Fuerzas Militares y el gobierno de Lugo, que fingía ser aliado del chavismo intentó ocultar la ceremonia: No fue comunicada a los medios y cuando estos se enteraron, fueron hasta la sede militar, pero no se les permitió el ingreso.

Durante el gobierno de Fernando Lugo, en reiteradas ocasiones activistas y defensores de los derechos humanos, como Luis Alfonso Resck, Martín Almada, Joel Holden Filártiga Ferreira, Ananías Maidana, el pa’i Oliva, entre otros, expresaron preocupación por las persecuciones en Tacuatí (San Pedro)- Kurusu de Hierro y Hugua Ñandu (Concepción), y por las frecuentes ejecuciones extrajudiciales y torturas de campesinos.

Los defensores de Derechos Humanos reclamaban que “el asesinato del dirigente Martín Ocampos, de la Organización Campesinos del Norte (OCN), con connotaciones y calificativos irresponsables, es injustificable”. La Coordinadora de Derechos Humanos de Paraguay (CODEHUPY), Capítulo Paraguayo de la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo (PIDHDD) también denunció que en tiempos de Fernando Lugo fueron torturados campesinos con presión alta, además de las ejecuciones extrajudiciales.

La Comisión por los DDHH de Paraguayos Residentes en Buenos Aires y Movimiento Nacional de Víctimas de la Dictadura Stronista – Secretaría Internacional – expresaba en una nota de enero del año 2009 a las autoridades del gobierno luguista el pedido de “que retiren inmediatamente a los militares del departamento de San Pedro, Paraguay y que se ponga fin al vergonzoso operativo Jeroviaha en el marco de la revitalizada Doctrina de Seguridad Nacional que ya lleva el asesinato de Martín Ocampos Páez y torturas a otros miembros de la Organización Campesina del Norte ( OCN ).

Es evidente que un gobierno que no transige con corporaciones en beneficio de los usuarios del transporte público, que no contemporiza con terratenientes y que no ejecuta extrajudicialmente a insurgentes, es un gobierno que se encuentra a la izquierda del que encabezó Fernando Lugo. Mal que les pese a los fanatizados seguidores del malogrado gobierno arzobispal.

 Federico Franco fortalecido por torpeza de Fernando Lugo

Cuanto más insiste el luguismo en su campaña legionaria, más se fortalece hacia adentro el gobierno de Federico Franco

 

Cuando en una oportunidad el entonces cura presidente Fernando Lugo invitó a sus “aliados”del Partido Liberal a retirarse del gobierno si lo deseaban, Un diputado de esa agrupación política contestó que si los liberales se iban del gobierno, se llevaban con ellos a Lugo.

Finalmente, el que terminó destituido a través de un impeachment fue el mismo Fernando Lugo, quien jamás atinó a dar dos pasos atinados en la construcción de poder. En lugar de intentar articular una fuerza parlamentaria que lo sustente, se dedicó a provocar con gestos y palabras como las que recuerdo al inicio de este artículo a su más cercana plataforma de sustentación.

Por si fuera poco, extendió su campaña de difamaciones e intrigas a toda la clase política, valiéndose de manifestaciones callejeras de su clientela prebendaria, una especie de “piqueteros” que a diferencia de sus pares argentinos, carecían de base política o ideológica.

Más bien constituían un abigarrado conglomerado de asalariados del gobierno y personeros de ONG vinculados a embajadas extranjeras, insuflados por un teórico apoyo de la “comunidad internacional” que resultó ser pura retórica inconsecuente.

Los desplantes a Lugo de Cristina Fernández, en cuatro o cinco oportunidades, y el distanciamiento de Hugo Chávez, no fueron precisamente responsabilidad de la argentina ni del venezolano. Más bien fueron producto de las vacilaciones e incapacidad e Lugo, quien decidió pendular entre el bloque bolivariano y sus aliados, y la Colombia de Álvaro Uribe y sus socios imperialistas.

Sintiéndose impotente, a pesar sus bravuconadas, para enfrentar a quienes hoy califica de“golpistas”, Lugo se corrió a su derecha. Inició un fluido intercambio de armas y chacales con Bogotá y emprendió una cruzada contra sus ex aliados políticos de la izquierda radical, que incluyó torturas a campesinos y ejecuciones extrajudiciales. Como broche de oro, los represores colombianos fueron condecorados en ceremonias secretas, como en los antiguos tiempos de las dictaduras que florecieron en el Cono Sur con la guerra fría.

Cuando su negligencia criminal lo llevó a ordenar una masacre entre sus propias bases campesinas y las fuerzas públicas que estaban a su mando en Curuguaty, colmó la paciencia de una clase política que por mucho tiempo pecó de tolerante. Hoy sabemos que Lugo no solo había enviado a sus hordas contra el Poder Legislativo, sin oque incluso había ordenado espiar a congresistas con micrófonos ocultos, algo que los parlamentarios nunca revelaron por falta de consenso.

Cuando finalmente Lugo cayó sin oponer resistencia, al estilo de los cobardes, la gente en Paraguay tomó el cambio de gobierno como el simple epílogo de un chiste de mal gusto, que había tenido como relatores principales a los gobiernos de la “nueva izquierda”, La gente no salió a las calles para defender a un gobierno que desilusionó, y decidió seguir su vida con normalidad, como si nada hubiera pasado.

Como la política siempre es algo que favorece a la mentira, fue la oportunidad de lograr con mucho retraso el ingreso de Venezuela al Mercosur, fabricando un “golpe” 2.0.

La torpeza e incapacidad política de Lugo para medir correlación de fuerzas no terminó con su destitución, y siguió haciéndole el juego a la derecha luego de ser derrocado. Para algarabía de Aldo Zucolillo, Humberto Rubin, de otras fuerzas reaccionarias y el resto de la prensa hegemónica, Lugo logró indisponer al Paraguay con el Mercosur y la UNASUR, a través de su campaña de desinformación solo apta para incautos. Las fuerzas reaccionarias tuvieron así la salida del Paraguay del Mercosur, un viejo anhelo, al alcance de la mano. Por si ello fuera poco, se logró que el Paraguay se vea obligado a acercarse aún más a los gobiernos más conservadores de la región y del mundo, entre ellos El Vaticano e Inglaterra.

Hoy Federico Franco es reconocido como presidente por 184 estados, entre los que curiosamente no figuran los vecinos de Paraguay.

La aparente insistencia de los países de la región en hostigar al vicepresidente de Lugo que asumió, no ha hecho más que herir la susceptibilidad nacionalista que como integrantes de una nación por siglos victimizada y perseguida, han desarrollado de manera hipertrofiada los paraguayos. El resultado ha sido que Franco ha ganado una gobernabilidad sin precedentes, que incluso le permitió desafiar a corporaciones de transportistas para bajar el costo del pasaje y recuperar tierras del estado en poder de personeros de la dictadura.

Pero la mentira del “golpe” tiene fecha de vencimiento, marcada para el 21 de abril. La misma presidenta argentina Fernández lo anticipó en uno de sus tweets de la tarde del sábado, expresando que “Debemos esperar a nuestros hermanos de Paraguay para que resuelvan sus nuevas autoridades, y conformar la Comisión Intramercosur”. Vale decir, la argucia termina exactamente el día de las elecciones.

Dijo Groucho Marx que al decir “inteligencia militar”, se emiten dos palabras que se contradicen entre sí. Lo mismo podría decirse de la expresión “golpe parlamentario”, un verdadero atentado contra la cultura política tradicional. Un tuitero agregó que a la misma especie pertenece la combinación “ética periodística”.

Y la subsistencia de las mentiras que rodean al “fenómeno político”Fernando Lugo, uno de tantos favorecidos por la prensa sin motivo aparente, no hace sino darle la razón.
LAW

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