Taxis en Miami. verano 2013. Foto: Carlos M. Estefanía
Los taxis del Aeropuerto Internacional de Miami (MÍA) han estado bajo la lupa en los últimos días. Muchos pasajeros se han quejado del pobre servicio al cliente, malos tratos, cobros de más, falta de máquinas de tarjetas de crédito, entre otras cosas.
Los residentes de Coral Gables son los más afectados por su cercanía al aeropuerto y por estar fuera de la «Zona Azul» (Viaje Corto). Los choferes de los taxis amarillos se ponen de mal humor después de 2 o 3 horas de espera por su turno. Una posible solución a este problema sería extender la zona de los taxis azules (ARTS) hasta Coral Gables, que hasta ahora llega solamente hasta la calle 8 del suroeste, desde la 27 avenida hasta la 57.
Es cierto que los pasajeros que viven cerca de MIA no tienen la culpa de las frustraciones financieras de los taxistas, pero es bueno aclarar -para conocimiento del público- que estos choferes pagan entre $100 y $120 diariamente a las compañías o a los dueños de los taxis por el derecho a manejarlos, más combustible y peajes.
La jornada laboral de los obreros en Estados Unidos es de 8 horas al día, sin embargo, no es así para los taxistas. Estos choferes tienen que trabajar las primeras 8 horas para pagar el arrendamiento del taxi, y 8 horas más para mantener a sus familias. Es uno de los pocos trabajos donde se paga el derecho a trabajar. Todo en la vida tiene una causa y un efecto. Así que, sí queremos solucionar el problemas de los taxis de MIA, tenemos que ir a la raíz que origina toda esta lamentable situación.
Estos trabajadores independientes no tienen beneficios como la mayoría de los obreros en este país: seguro médico y dental, vacaciones pagadas, plan de retiro 401K, días de enfermedad, holidays, etc. Gran parte de ellos son inmigrantes de origen haitiano e hispano. Otros son incluso del Medio Oriente, que llegaron a EE.UU. un día en busca del anhelado Sueño Americano, al igual que nosotros.
Hagamos esta complicada situación de los taxis del aeropuerto de Miami un problema de todos ya que, de una manera u otra, nos afecta a todos los que vivimos en el sur de la Florida. Nuestra ciudad vive del turismo y debemos proyectar una imagen positiva, tanto a los que residen aquí, como a los que nos visitan.
Juan Carlos León
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